No solo hay opiniones para todos los gustos, sino que muchos estudios defienden la idoneidad de que es bueno escuchar música para estudiar mientras otros desaconsejan esta práctica argumentando que reducen la concentración.
Estudiar escuchando música es una práctica común entre muchos estudiantes pero, ¿es bueno?
No son pocas las personas que se “aíslan” del silencio imperante durante sus estudios poniendo algo de música y recurriendo a los auriculares para no molestar a nadie a su alrededor, como puede ser en el caso de estar estudiando en una biblioteca.
Lo hagan como forma de aislamiento o no, lo que está claro es que la música simboliza una herramienta para aumentar la productividad y mejorar la concentración. Pero usar canciones para mejorar el rendimiento no tiene que ser, necesariamente, efectivo.
Entonces, ¿qué hay de cierto en recurrir a las melodías para mejorar la capacidad de concentración?
Beneficios de escuchar música para estudiar
Memorizar, estudiar o redactar proyectos. Hay muchos estudiantes que consideran que se concentran mejor escuchando sus temas de música favoritos que rodeados de un completo silencio.
Numerosos estudios afirman que la música aporta múltiples beneficios al cerebro. De hecho, las conclusiones científicas han determinado que aprender a tocar un instrumento durante la infancia mejora algunos aspectos del rendimiento cognitivo.
Además, los investigadores han conseguido demostrar que escuchar música produce una mejora sustancial en el bienestar mental y mejora notablemente la salud física, despertando nuestro intelecto y nuestras sensaciones.
La música estimula funciones cerebrales relacionadas con la concentración y la atención. Estudiar con música permite una mayor concentración al gestionar la información de forma más fluida y veloz.
Esos estudios han demostrado que escuchar música permite reducir el nivel de estrés antes de los exámenes, como método de relajación de estudio mientras el cerebro se mantiene alerta.
Inconvenientes de escuchar música para estudiar
Por el contrario, algunos alumnos se distraen más fácilmente y les resulta imposible concentrarse en el temario si están escuchando música de fondo.
Muchas personas creen que no es bueno escuchar música para estudiar y que es una costumbre negativa que puede resultar un factor de distracción.
De hecho, los estudios han demostrado que los latidos del corazón se sincronizan con los ritmos de los diferentes temas musicales, por lo que las canciones más movidas harán complicada la relajación necesaria para estudiar.
Además, la concentración recaerá sobre la letra de la canción que estemos escuchando en lugar de la materia de estudio, por lo que su efecto será totalmente contraproducente. En conclusión, numerosas investigaciones afirman que la música tiene un efecto negativo en los estudios, con especial incidencia si entendemos el idioma de la letra de la canción.
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Estudiar con música o sin música, he aquí la cuestión
La multitarea genera distracción y muchas veces nos preguntamos cómo podemos mejorar la concentración en el estudio. Sin embargo, escuchar música mientras estudias hace que tu cerebro entre en conflicto, ya que debe desdoblarse en dos acciones totalmente diferentes: retener el contenido de la materia y seguir el hilo de la música.
La memoria se fundamenta en 3 aspectos fundamentales: lectura, atención y fijación. Si escuchas música mientras estudias lo harás de forma más superficial, ya que la memoria no podrá ejecutarse de forma correcta.
Sin embargo, está demostrado que escuchar música durante la ejecución de una tarea mecánica o repetitiva aumenta la motivación y evita caer en el tedio de la rutina y el aburrimiento.
Depende de la tarea
Si analizamos todo lo dicho anteriormente llegamos a la conclusión de que cuanto la tarea es más complicada o el estudio requiere mayor concentración, lo mejor es optar por el silencio. La presencia de la música a nivel ambiente termina siendo un lastre cuando es necesario un funcionamiento a pleno rendimiento de la memoria.
Así las cosas, el efecto de la música sobre la capacidad de retención de información y la memorización de contenidos depende directamente de la complejidad de los mismos.
En el caso de las tareas más mecánicas, como la realización de proyectos o el análisis de bloques de información de ejercicios, la música puede arrojar progresos mayores.
Tanto en un caso como en el otro, las características psicológicas personales son de gran influencia, al igual que la facilidad de gestión del foco atencional.
En los supuestos de procesos sencillos, la música hace la actividad más agradable y perpetúa el cómo nos involucramos en ella, mientras que para los casos de rutinas más complejas y contenidos farragosos, no es bueno escuchar música para estudiar, ya que es contraproducente e interrumpe la consecución de los objetivos.
A la hora de estudiar, sobre todo cuando estamos en plena etapa de exámenes finales, es fundamental tener todo el control del foco atencional para que las distracciones, del tipo que sean, no resten potencial para el trabajo mental.
En definitiva, la música tiene efectos positivos y negativos sobre el estudio, pero su grado de inferencia depende del tipo de estudiante y del tipo de estudio que está realizando.
Si eres de esas personas que se distraen con el vuelo de una mosca, en Cámara FP te recomendamos que evites la música para poder concentrarte mejor.